Tengo muchísima suerte.
Mi padre y mi madre cocinan. Ambos limpian. Ambos son presumidos. Ambos trabajan. Son sensibles. Son cariñosos.
Mi hermano es la PERSONA más cursi que he llegado a conocer. Escribe poemas y canciones románticas. Y es dulce. Le gustaba ir a ver mis clases de ballet. No era ningún secreto y nadie se llevaba las manos a la cabeza.
Soy afortunada.
En algún momento tendré un trabajo. Quizás entonces viviré en primera persona el techo de cristal y me indignaré por las diferencias de sueldo.
Por ahora, simplemente doy las gracias por no tener muchas razones para quejarme.
Sara.
