Cortar el hilo. Caer al vacío.

Es un precio demasiado caro si te aleja de ti misma. Quien eres en realidad se desdibuja. Llevo años nadando en un mar aéreo, es difícil de explicar. Lo único que me mantiene allí arriba es un fino hilo de oro, fruto del trabajo de los más sabios artesanos.

Cuando estás dentro del agua no hay reflejos ni espejos. Hace ya tiempo que me pinto los labios sobre una sonrisa imaginada. No te confundas, mi historia no es triste. Al menos, no todavía. Me niego a pensar que todo está escrito de este modo.

En algún momento cortaré el material que me ancla al océano, y me dejaré caer a la Tierra. Yo, que siempre he sido muy romántica, espero que el paisaje que encuentre será bonito. Conociéndome, sabéis que deseo que las flores aparezcan mientras camino por el Mundo de nuevo.

Descalza, por supuesto. Con el vestido rasgado y el cabello enmarañado. Sonrío mientras se alza el sol.

S.

Fuente: www.pinterest.es

P.D: Bueno, os tenía abandonados y aquí estoy de nuevo. Tengo muy poca vergüenza. Pero necesitaba este espacio para escribir, lo echaba de menos. Ya sabéis que aquí escribo cuando me lo dice el corazón (pfff, súper cursi).

Tengo otro blog que no sé si utilizar porque tengo que madurar (todavía más) el proyecto. Le llamo «proyecto» por utilizar algún nombre, porque son un dominio gratuito de WordPress y una cuenta de Instagram. Os dije que quería grabar vídeos porque me siento realizada, ¿verdad? Y recomendar libros, películas, música… Es que eso era Pretty Little Sara en un inicio.

En fin, se ha disipado un poco mi miedo a mostrarme vulnerable en internet, a ver cuánto dura xdddd

¡Os quiero mucho!

Fuente: www.giphy.com

P.D 2: Si alguien lee hasta aquí: ¿Qué tal estás? ¿Cómo va todo? Cuéntame si quieres tu vida y, si aprendo cómo funciona la nueva interfaz de WordPress me enteraré de tu comentario, lo leeré y te responderé súper contenta :)))

Con nombre y apellido pero muy a la ligera

¿Qué pasará sin por fin le llamas? ¿Se presentará ante ti? ¿Será un enorme monstruo que te engullirá sin pensárselo dos veces?

No te escondas. Mírale a los ojos y di con voz bien alta y clara: «Eres un cabrón, tú mataste mi ilusión. Prepárate a morir».

Y más soldados se unirán a la batalla porque creerán en tu lucha. Aunque tú no lo sepas, eres una audaz guerrera, da igual que estés vestida de princesa.

Después del combate daréis una fiesta. A pesar de estar repletos de heridas.

Cuando hayan pasado muchos años estarás mirándote al espejo mientras cepillas tu larga melena. Te pondrás tu corona con orgullo.

Tienes más ganas de pelea.

Sara 🙂

giphy

Nueva declaración pública de odio a mi blog

No me gusta el nombre del blog. Creo que ya lo he dicho. Me parece un poco gilipollas. De chica gilipollas. Que no digo que no lo sea, ¿eh? Es sólo que me gustaría que fuese algo que no me inspirara eso. Preferiría una idea más elegante y sofisticada. Porque creo que es la imagen que quiero reflejar.

Estoy agradecida a este espacio por el tiempo que lleva junto a mí. He pasado casi cinco años escribiendo aquí mis inquietudes, mis aprendizajes y mis intentos de poemas. Y ahora creo que he cambiado bastante. Sigo siendo yo, pero con otros matices.

No sé por qué cuento esto. Supongo que porque me apetece. Y llevo ya casi tres párrafos de oraciones súper cortas y lo siento, así que voy a intentar alargar esta para que no parezca que no sé cómo crear frases de más de siete palabras.

Sé escribir muchas más cosas. Puedes contratarme para que escriba un guión, por ejemplo. O una carta que te haga llorar. Lo que pasa es que en esta última tardaré más porque me pasaré el 95% del tiempo pensando «¿esto lo escribo porque sé que es emotivo o porque realmente creo en ello?». Es la parte mala de haber leído mucho, que a veces pierdes la parte más inocente y genuina.

Ya no se me ocurre nada más que decir. ¿Qué tal os va la vida? ¿todo bien? Si me das una idea para escribir, lo intentaré. También me gustaría subir vídeos. Sin embargo:

  1. Me da vergüenza que me encuentren.
  2. Es como que nunca me pongo a ello porque pienso que es un poco patético.

Y a lo mejor lo es, pero cuando veo a mis «creadoras de contenido» (un eufemismo, por cierto, un poco imbécil) me da envidia porque creo que, al fin y al cabo, están haciendo uso de una herramienta que te permite desarrollar al 100% tu creatividad. Y yo siempre me quejo de que no me estoy dedicando al arte.

Bueno, podría decirse que soy bloguera ocasional. Y que tengo algún que otro seguidor leal. De eso estoy orgullosa.

Muchos besos.

Sara.

 

Los vecinos pesados.

Han venido esta tarde a mi casa a tomar el café.

Casi nunca les abro la puerta. No me dan pena, ¿eh? Son un grupo de agonías. Y sus hijos gritan, lloran y corretean.

No me hagáis que hable más de ellos, por favor. Quedemos en que son unos vecinos ruidosos.

Hace unos años me empezó a dar muchísima vergüenza que los viesen conmigo. Los vecinos de mi barrio son súper refinados. Por aquel entonces, se me metió en la cabeza que también quería ser una chica sofisticada.

Y me daba mucho miedo que pensasen que era inferior.

Los pesados se dieron cuenta de que les ignoraba y cada vez eran más insistentes en llamar mi atención. Un día incluso se pusieron a tirar piedras a las ventanas de mi casa. Meses y meses de obras hicieron falta para arreglar los desastres que provocaban cada semana.

Total, que no me preguntéis por qué, pero últimamente los invito a merendar. Prefiero que vengan de vez en cuando y que me dejen en paz el resto del tiempo.

Nada más entran por la puerta de mi casa pongo los ojos en blanco, diciéndome a mi misma «¿Es que eres tonta?». 

Me caen mal, es cierto. Pero me avisan cuando ponen el mercadillo del barrio de al lado. Si digo que no me apetece ir, empiezan a insistir una y otra vez «¡vente, vente, vente! ¡Luego te vas a arrepentir!». 

Saben lo mucho que me gusta ese mercadillo.

Ellos se vienen conmigo (por supuesto), y eso me molesta hasta límites insospechados. Aunque es verdad sin ellos nunca iría.

Poco a poco aprenderé a quererlos.

 

Sara.

Hola (después de cinco mil años)

Llevo tantísimo tiempo sin publicar… Supongo que porque pienso que nadie me va a leer. Y luego porque pienso que hay gente que me va a leer.

Parece ser que no quiero ni una cosa ni la otra, así que termino por no escribir.

Creo que es miedo a que mis pensamientos queden «publicados», y que todo el mundo tenga el derecho a verlos y comentar. Aunque tampoco es que tenga tanto tráfico en el blog. La entrada que más se lee es una reseña de un libro random que por lo visto tienen que leer todos en el instituto🤷‍.

¿Pasa algo por poner emoticonos? Es como traicionar a la escritura, ¿verdad?

Lo cierto es que los emoticonos enriquecen el texto, pero es un atajo para no tener que currártelo tanto.

Yo no podría vivir sin emoticonos. O sin memes. Son un vehículo de expresión con un matiz cómico, que llenan mis conversaciones de felicidad. Tanto es así, que a veces estoy hablando con alguien (en persona) y se me viene a la cabeza el sticker que adjuntaría a mi frase. Es muy curioso cómo evoluciona el lenguaje…

Mi profesora de Psicopatología del Desarrollo nos habló de que la gente con dificultades en el habla utiliza una especie de emoticonos que están estandarizados, y hay una aplicación que los dice en voz alta, así que pueden comunicarse con imágenes.

Este es mi pensamiento de hoy.

Ha tenido un estilo muy de escritura automática, con muchas cursivasalgunos anglicismos. Espero que sirva para romper con la monotonía que a veces acompaña al verano.

Un saludo.

giphy

Sara.

 

Musa de repuesto

Soy una musa de repuesto.
Me pintas cuando las demás no aparecen.
Escribes poemas sobre mi cabello rizado.
Cantas melodías románticas, exclamando lo feliz que te hago.
Soy un oasis en el desierto.
Una metáfora de usar y tirar.
Aparecen tus musas favoritas y ya no te importo.
Guardas tus cuadernos,
Me elogias al oído
Te avergüenzas, me rechazas.
Me odio a mi misma por un sentimiento cercano y certero.
Cuando miro tus obras imagino mi espejo.

Sara.

Intento de valentía

Últimamente paso mucho tiempo abajo. Y hago muchos nudos. Nudos de todos los colores. Cuando consigo soltar un lazo rosa lo dejo aletear con libertad. Al observar cómo se ondea me asombro por su belleza. Pero crea formas que no conozco; proyecta sombras más grandes que yo. Torno la vista de nuevo a mis nudos.

Tantos colores me recuerdan a un campo de flores. Que es bonito, pero irreal. 

Sara.

fdsfd
Fuente: weheartit.com

Nota en el frigorífico

Trata de no reñir a la chica confusa. Bastante tiene con sentirse perdida. Deja que llore si lo necesita. Que viva, simplemente.

Si se agobia puedes decirle que estar así no es un pecado. Es una circunstancia. No es algo prohibido. Es una situación. Es un contexto.
Las emociones no son eternas. Salen y entran del cuerpo como olas del mar. Algunas golpean, causan dolor, hacen chocar contra la arena. Pero no impiden que te vuelvas a lanzar al agua de inmediato.
Las circunstancias a veces no se eligen. Te sientes como te sientes en un momento determinado. El cuerpo reacciona como se siente capaz de reaccionar. No es un aparato perfecto. A veces se encuentra sobrepasado, o no analiza correctamente la situación.

Es complejo y difícil de entender. Que no tenga prisa.

 

2e253e98a6780e066ca540fb47b3d4eb
Fuente: foliagemusic.bandcamp.com

El viernes. A las palomitas invito yo.

Voy a intentar juntar dos acontecimientos que en un principio no tienen nada que ver.

El primero es que hoy he ido al cine. El segundo es sobre una cena en la que elegí mal el sitio donde sentarme (por un chico que me gustaba). 

Si no sale pues no pasa nada, pero lo quería intentar como mínimo.

Mientras veía la película me han entrado ganas de escribir sobre lo mucho que el cine significa para mí ahora. Incluso después de haber declarado públicamente que lo odiaba. Me encanta que huela a palomitas caras y me hace feliz ir con mis amigos. Me gusta tener las entradas compradas con antelación, pero no pensarme mucho la película o el día. 

Es raro. 

Digo mucho la expresión «es raro«. No tiene la mayor importancia.

Han sido unos meses ajetreados. La longitud del verano se ha reducido durante los dos últimos años. He ido aquí y allá, sin pensármelo. Como cuando compro las entradas del cine. Aunque me deje un riñón por un largometraje que no dura ni dos horas. 

Siguiendo con la metáfora, este verano he comprado muchas entradas y he visto muchas películas. Algunas me han gustado y otras me han resultado dañinas. Yo las he elegido. Voluntariamente me he expuesto a ellas. Cuando han terminado he compartido una reseña con mis mejores confidentes. Ellos también han compartidos sus anécdotas del cine conmigo. 

He aprendido mucho. Siempre aprendo de todo. A veces cosas erróneas (que luego me sirven para aprender otras cosas). Aprendo y aprendo, y descubro historias y los demás descubren las mías. 

Al final no he conseguido juntar las dos anécdotas. 

Lo dejaré para otro día. Prometido.

Sara

debbie reynolds film GIF
Fuente: giphy.com

 

Pd: Quería dedicarle esta entrada a un compañero escritor (El Aguijón Escarlata), que tuvo un detalle precioso conmigo hace unas semanas. Lo que he escrito no tiene que ver con él, pero estoy orgullosa porque es algo genuino y sé que él sabe valorar ese tipo de cosas.

Pos-imposible

No planeaba madrugar, pero el sol me ha despertado mirándome a los ojos. No fijamente, sino escondido tras las nubes.

Creía que no me apetecía leer. Sin apenas pensarlo, he continuado leyendo una historia que comencé hace una semana. Me he sentido inspirada porque la protagonista hacía atletismo tras un largo periodo de abandono. No percibo que esté traicionando al papel por descubrir relatos en formato digital

Ya no pretendía hacer ejercicio y he salido a dar un paseo. Llevaba camiseta de tirantes y he sentido las caricias de viento que soplaba sobre mis brazos.

Mientras desayunaba veía dibujos animados con diálogos ingeniosos.

Se trata de un buen día. Y solamente son las once de la mañana.

Como dijo un sabio una vez: «Todo y nada es pos-imposible» (que quizás no es la frase más apropiada, pero sí la más buena).

Sara.

giphy
Fuente imagen: giphy.com